¿Por qué remojar las leguminosas?: La guía completa para una mejor digestión y nutrición

¿Alguna vez te han "caído pesados" los frijoles? ¿Has sentido inflamación o gases después de comer garbanzos o lentejas? Si tu respuesta es sí, probablemente te has preguntado por qué un alimento tan nutritivo y delicioso puede causar tantas molestias digestivas.

La buena noticia es que hay una solución simple que puede transformar completamente tu experiencia con las leguminosas: el remojo. Y no, no es un paso opcional que podés saltarte cuando tenés prisa. Es la diferencia entre disfrutar un plato de frijoles nutritivo y delicioso, o pasar la tarde con malestar estomacal.

En este artículo te voy a contar todo lo que necesitás saber sobre el remojo de leguminosas: por qué es tan importante, cuánto tiempo es el recomendado, qué beneficios tiene para tu salud, y algunos trucos que van a hacer que tus preparaciones plant-based queden perfectas.

¿Qué son las leguminosas y por qué son tan importantes?

Antes de hablar del remojo, hablemos de por qué las leguminosas deberían ser protagonistas en tu cocina.

Las leguminosas son las semillas comestibles que crecen en vainas: frijoles (negros, rojos, blancos), garbanzos, lentejas, arvejas secas, habas, y más. En Costa Rica y toda Latinoamérica, estos alimentos han sido la base de nuestra alimentación por generaciones, y con muy buena razón.

Beneficios Nutricionales de las Leguminosas:

  • Proteína vegetal de alta calidad: Contienen entre 20-25% de proteína, siendo una excelente alternativa a las proteínas animales

  • Fibra abundante: Favorecen la digestión, regulan el colesterol y mantienen niveles estables de azúcar en sangre

  • Minerales esenciales: Son fuente importante de hierro, magnesio, zinc, potasio y folato

  • Bajo índice glicémico: Sus carbohidratos se digieren lentamente gracias a su alto contenido de fibra y proteínas. Esto hace que el azúcar pase a la sangre de forma más gradual y te mantenga satisfecho por más tiempo

  • Bajo contenido de grasa: Menos del 5% en la mayoría de variedades

  • Económicas y sostenibles: Más accesibles que otras fuentes de proteína y con un impacto ecológico mucho menor

En una alimentación basada en plantas, las leguminosas son fundamentales. Pero para aprovechar todos estos nutrientes y evitar molestias digestivas, el remojo es clave.

¿Por qué es tan importante remojar las leguminosas?

Cuando comprás leguminosas secas en la feria del agricultor o en el supermercado, están en un estado de latencia. Remojarlas no solo las hidrata, sino que activa un proceso que mejora dramáticamente su digestibilidad y valor nutricional.

1. Reduce los oligosacáridos que causan gases

Las leguminosas contienen oligosacáridos, específicamente rafinosa y estaquiosa, que son carbohidratos de gran tamaño que nuestro sistema digestivo no tiene las enzimas necesarias para procesarlos.

¿Qué pasa entonces? Estos oligosacáridos llegan intactos al intestino grueso, donde las bacterias intestinales los fermentan para obtener energía. Este proceso de fermentación libera gases: hidrógeno, dióxido de carbono, metano y azufre. Resultado: inflamación, gases y malestar.

El remojo ayuda a eliminar una gran parte de estos oligosacáridos, reduciendo significativamente las molestias digestivas. Por eso es tan importante desechar el agua de remojo y enjuagar bien antes de cocinar.

2. Disminuye los antinutrientes (fitatos y taninos)

Las leguminosas contienen compuestos llamados antinutrientes, como el ácido fítico (fitatos) y los taninos. Estos no son tóxicos ni peligrosos, pero sí pueden interferir con la absorción de minerales importantes como hierro, zinc, calcio y magnesio.

Durante el remojo, estos antinutrientes se liberan y quedan en el agua. Al desechar esa agua y enjuagar bien, aumentás la biodisponibilidad de los nutrientes, permitiendo que tu cuerpo absorba mejor los minerales esenciales que contienen las leguminosas.

3. Mejora la textura y uniformidad

Desde el punto de vista culinario, el remojo es fundamental para lograr una cocción pareja. Las leguminosas hidratadas se cocinan de manera más uniforme, evitando que queden duras por dentro y blandas por fuera.

Una textura suave y homogénea no solo hace que tus preparaciones sean más apetitosas, sino que también facilita la digestión. Nadie quiere morder un garbanzo que está crujiente por dentro, ¿verdad?

4. Reduce el tiempo de cocción

Este beneficio es muy práctico para nuestra rutina diaria. Las leguminosas remojadas se cocinan entre 30-40% más rápido que las que no fueron remojadas. Esto significa:

  • Ahorro de tiempo: Menos horas frente a la estufa

  • Ahorro de energía: Menor consumo de gas o electricidad

  • Mejor conservación de nutrientes: Algunos nutrientes sensibles al calor, como las vitaminas del complejo B, se conservan mejor con cocciones más cortas

5. Elimina Compuestos Amargos y Mejora el Sabor

El agua de remojo también arrastra compuestos que pueden dar sabores amargos o desagradables a tus preparaciones. Al descartarla, te asegurás de que tus leguminosas tengan un sabor más limpio y agradable.

Guía Práctica: ¿Cómo Remojar Leguminosas Correctamente?

Ahora que entendés por qué el remojo es tan importante, vamos a ver el proceso paso a paso.

Paso 1: Lavar las leguminosas

Antes de remojar, siempre lavá bien tus leguminosas bajo el chorro de agua. Esto elimina polvo, tierra, piedrecitas pequeñas o cualquier impureza que puedan tener del almacenamiento.

Podés hacerlo en un colador bajo el chorro de agua o en un tazón con agua, removiendo con las manos y descartando cualquier grano que se vea dañado o partido.

Paso 2: Proporción de Agua

Colocá las leguminosas en un recipiente amplio y agregá suficiente agua fría para cubrirlas completamente, dejando al menos el doble o triple de su volumen en agua.

¿Por qué tanta agua? Las leguminosas absorben mucha agua durante el remojo y aumentan su volumen significativamente. Si no ponés suficiente agua, algunas quedarán sin hidratar.

Por ejemplo:

  • 1 taza de leguminosas secas = 3 tazas de agua para remojo

Paso 3: Tiempo de remojo según el tipo

El tiempo de remojo varía según la leguminosa:

Remojo largo (recomendado):

  • Frijoles negros: 8-12 horas

  • Frijoles rojos: 8-12 horas

  • Garbanzos: 12 horas o más

  • Alubias (frijoles blancos): 12 horas

  • Habas: 12 horas

  • Arvejas secas: 8-12 horas

  • Lentejas: 4-6 horas (opcional, pueden cocinarse sin remojo las amarillas o rojas)

Tip práctico: Dejá las leguminosas en remojo durante toda la noche. Así por la mañana ya están listas para cocinar.

Remojo corto (método rápido):

Si no tenés tiempo para el remojo largo, hay una alternativa:

  1. Lavá y colocá las leguminosas en una olla

  2. Cubrí con agua abundante

  3. Llevá a ebullición y herví por 2-3 minutos

  4. Apagá el fuego y dejá reposar tapado durante 1 hora

  5. Descartá el agua y enjuagá

Este método no es tan efectivo como el remojo largo y yo no lo recomiendo, pero es mejor que no remojarlas del todo.

Paso 4: Desechar el agua y enjuagar

Este paso es crucial y no debe saltarse. El agua de remojo contiene:

  • Los oligosacáridos que causan gases

  • Los antinutrientes liberados (fitatos y taninos)

  • Compuestos amargos y potencialmente irritantes

Descartá toda esa agua y enjuagá muy bien las leguminosas bajo el chorro de agua fría antes de cocinarlas. Algunas personas piensan que están "desperdiciando nutrientes" al tirar el agua, pero en realidad estás eliminando compuestos indeseables. Podés aprovechar el agua para regar las plantas.

Trucos y consejos para un remojo perfecto

El poder del bicarbonato de sodio

Agregar una pizca de bicarbonato de sodio (aproximadamente ¼ de cucharadita por cada taza de leguminosas) puede ser muy útil, especialmente para garbanzos y frijoles más duros:

Durante el remojo:

  • Acelera la hidratación

  • Ayuda a ablandar la piel más rápidamente

Durante la cocción:

  • Mejora la suavidad final

  • Ayuda a que se cocinen más uniformemente

Precaución: No te excedas con el bicarbonato porque puede alterar el sabor y, en exceso, puede degradar algunas vitaminas del complejo B.

¿Agregar Sal al Remojo?

Este es un tema debatido:

Algunos cocineros recomiendan agregar sal porque:

  • Puede ayudar a mantener las pieles más íntegras

  • Aporta sabor desde el inicio

Otros prefieren NO agregar sal porque:

  • Puede endurecer las leguminosas y alargar el tiempo de cocción

  • Aumenta el contenido de sodio final

Mi recomendación: Si tenés hipertensión o necesitás cuidar tu consumo de sodio, mejor no agregues sal al remojo. Para la mayoría de las personas, una pizca pequeña no hace diferencia significativa.

¿Qué Hacer con el Agua de Remojo del Aquafaba?

El aquafaba es el líquido viscoso que resulta de cocinar garbanzos y se usa como sustituto de claras de huevo en recetas veganas. Sin embargo, el aquafaba NO es el agua de remojo, sino el líquido de cocción.

Siempre descartá el agua de remojo por las razones que mencionamos antes. El aquafaba lo obtenés del agua donde cocinás los garbanzos ya remojados y enjuagados.

Cómo cocinar las leguminosas después del remojo

Una vez que tus leguminosas están bien remojadas y enjuagadas, llegó el momento de cocinarlas. Seguí estos consejos:

Proporción de agua para cocción

  • 3 tazas de agua por cada taza de leguminosas remojadas

Fuego lento es la clave

Cociná a fuego lento o moderado, nunca a fuego fuerte. Un hervor violento rompe las leguminosas, hace que las pieles se desprendan y la textura final no será la mejor.

La cocción lenta permite que los azúcares se descompongan en compuestos más simples y digeribles, resultando en leguminosas más amigables con tu digestión.

Olla tradicional vs. Olla a presión

Ambas opciones son válidas:

Olla tradicional:

  • Cocción más lenta pero con más control

  • Mejor para ajustar texturas

  • Tiempo: 1-2 horas dependiendo de la leguminosa

Olla a presión:

  • Cocción mucho más rápida

  • Mayor eliminación de antinutrientes por las altas temperaturas

  • Tiempo: 20-40 minutos dependiendo de la leguminosa

Agrega aromáticos para mejorar la digestión

Ciertas especias y hierbas tienen propiedades carminativas que ayudan a prevenir gases:

  • Comino: Excelente para frijoles y lentejas

  • Hinojo: Ayuda con la hinchazón

  • Laurel: Clásico aromático que mejora la digestión

  • Jengibre: Propiedades antiinflamatorias

  • Alga kombu: Popular en la cocina macrobiótica, mejora la digestibilidad

Leguminosas sin remojo: ¿cuándo es aceptable?

Hay algunas excepciones donde el remojo es opcional:

Lentejas Rojas o partidas

Las lentejas rojas (o lentejas partidas) se cocinan muy rápido (15-20 minutos) y no requieren remojo. Al estar partidas, el agua penetra fácilmente durante la cocción.

Lentejas Verdes o pardinas

Aunque se pueden cocinar sin remojo, un remojo corto de 1-2 horas puede mejorar su digestibilidad y reducir el tiempo de cocción.

Leguminosas en conserva

Si comprás leguminosas en lata o conserva, ya vienen cocidas. Sin embargo, es importante que las enjuagues muy bien bajo el chorro de agua para eliminar el exceso de sodio del líquido de conservación.

Las leguminosas en conserva son una opción práctica, aunque pierden algo de nutrientes (especialmente vitaminas del complejo B) durante el proceso de esterilización. Siempre que sea posible, optá por versiones orgánicas y con bajo sodio.

Beneficios adicionales del remojo para tu salud

Además de todo lo que ya hemos hablado, el remojo tiene otros beneficios importantes:

Mejor control de azúcar en sangre

Al eliminar algunos oligosacáridos y facilitar la digestión de los carbohidratos de gran tamaño, las leguminosas remojadas tienen un índice glucémico más bajo y estable. Esto es especialmente beneficioso para personas con diabetes o resistencia a la insulina.

Mayor absorción de proteínas

La reducción de antinutrientes también mejora la digestibilidad y absorción de las proteínas vegetales presentes en las leguminosas. Para quienes siguen una alimentación plant-based, esto es fundamental para asegurar un aporte proteico adecuado.

Apoyo a la salud cardiovascular

Las leguminosas bien preparadas ayudan a reducir el colesterol LDL (el "malo") gracias a su fibra soluble. Un remojo adecuado maximiza este beneficio al mejorar la biodisponibilidad de todos los compuestos beneficiosos.

Prevención de la anemia

El hierro no hemo (de origen vegetal) de las leguminosas se absorbe mejor cuando reducís los fitatos mediante el remojo. Combiná tus leguminosas con alimentos ricos en vitamina C (como tomate, pimientos, limón o naranja) para mejorar aún más la absorción de hierro.

Preguntas frecuentes sobre el remojo de leguminosas

¿Puedo remojar las leguminosas por más de 12 horas?

Sí, podés remojarlas hasta 24 horas, especialmente en clima cálido. Sin embargo, cambiá el agua cada 8-12 horas para evitar que fermenten o desarrollen mal olor.

¿Qué hago si las leguminosas empiezan a germinar durante el remojo?

¡Eso es buena señal! Significa que están muy frescas. Los germinados tienen incluso más nutrientes disponibles. Podés cocinarlas normalmente o, si preferís, dejarlas germinar completamente para consumirlas crudas en ensaladas (solo lentejas y garbanzos son apropiados para esto).

¿Las leguminosas remojadas se pueden congelar?

Sí, después de remojar y enjuagar, podés congelarlas en porciones. Esto es super práctico para ahorrar tiempo. Cuando las vayas a usar, no necesitás descongelarlas completamente, podés cocinarlas directamente desde el congelador (solo agregá un poco más de tiempo de cocción).

¿Por qué a veces mis leguminosas quedan duras aunque las remojé?

Puede ser por varios motivos:

  • Leguminosas muy viejas: Con el tiempo pierden humedad y se endurecen más

  • Agua muy dura (con muchos minerales): Puede dificultar la hidratación

  • Agregar sal o ingredientes ácidos muy temprano: Agregá sal, tomate o limón al final de la cocción

  • Remojo insuficiente: Especialmente para garbanzos y frijoles grandes

¿Es verdad que los frijoles rojos crudos son tóxicos?

Sí, los frijoles rojos contienen lectinas (fitohemaglutinina) que pueden causar malestar digestivo severo si se consumen crudos o mal cocidos. Es fundamental hervirlos vigorosamente durante al menos 10 minutos al inicio de la cocción para destruir estas toxinas. El remojo no elimina las lectinas, solo la cocción a alta temperatura lo hace.

Conclusión: El remojo es un acto de amor hacia tu cuerpo

Remojar leguminosas puede parecer un paso más en tu rutina de cocina, pero la verdad es que hace una diferencia enorme en cómo tu cuerpo recibe y aprovecha estos alimentos tan nutritivos.

Recordá los puntos clave:

  • Remojá durante 8-12 horas (toda la noche es perfecto)

  • Siempre descartá el agua de remojo y enjuagá bien

  • Cociná a fuego lento para mejor digestibilidad

  • Agregá especias carminativas como comino o laurel

  • Una pizca de bicarbonato puede ayudar con la suavidad

Las leguminosas son protagonistas esenciales de una alimentación basada en plantas. Son económicas, versátiles, deliciosas y súper nutritivas. Con estas técnicas simples de remojo y preparación, vas a poder disfrutarlas sin molestias digestivas, aprovechando al máximo todos sus beneficios.

La próxima vez que vayás a la feria del agricultor y veás esos hermosos frijoles, garbanzos o lentejas, ya sabés exactamente cómo prepararlos para que te sienten de maravilla. Tu sistema digestivo te lo va a agradecer, y tu bolsillo también.

¿Tenés algún truco especial para remojar tus leguminosas? ¿Alguna receta favorita que querés compartir? Escribime por redes sociales @veiksfood y me taggeas.

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Maricel Martén

Soy ingeniera en alimentos y amante de la cocina hecha con propósito. Creo que comer plant-based no tiene por qué ser complicado ni aburrido, al contrario, puede ser lleno de color y sabor.

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